Desde que llegue a Sídney todo mundo insistía que que fabuloso era esta zoológico y que era la quinta maravilla y que no podía no ir y bueno, era la ultima coca del desierto. A decir verdad fue un poquito decepcionante después de haber oído tantas cosas maravillosas de el, no lo vi diferente a ningún otro zoológico y la verdad es que el zoológico Guadalajara se lo lleva de calle. No fui sola, sino que fui con otros tres compañeros de la residencia, uno de los cuales no conocía y al terminar el día (para que miento, desde los primeros 15 minutos) lo quería ahorcar. No solo era el muy caótico, sino que llevaba la batuta, que no tenia porque llevar. y cuando digo caótico, me refiero caótico. Se quejaba si no hacíamos lo que el quería, MUCHO. Y hacer lo que el quería significaba ir de una punta a otra del zoológico, (y esta en subida) sin ton ni son a ver los animales que “ahora se le antoja ver”. Nomas porque soy muy educada, sino lo ahorcaba! en fin, sutilmente logre poner algo de orden pero me costo mucho trabajo y al final del día si logramos ver todo el zoológico.
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